En el siguiente mapa conceptual se resumen las principales características de la Edad Contemporánea. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.
Cuando los estudiosos tuvieron que dividir la historia, inventaron nombres para cada periodo: uno de ellos fue el de edad contemporánea.
¿QUÉ ES LA EDAD CONTEMPORÁNEA?
La edad contemporánea
es un periodo de la historia cuyo comienzo suele fijarse en 1789, año de inicio
de la Revolución Francesa. Se considera que se prolonga hasta nuestros días,
aunque últimamente se tiende a diferenciar la edad contemporánea de la historia
reciente, a la que se llama historia del mundo actual.
¿Por qué se considera
que en 1789 comenzó la edad contemporánea? Porque se entiende que en ese año se
inició el final del Antiguo Régimen. ¿Y qué era el Antiguo Régimen? La
forma de ejercer el poder que se dio en Europa desde el siglo XVI hasta la
victoria de los revolucionarios franceses.
El paso del Antiguo Régimen
a la edad contemporánea se apreció en dos hechos: la aparición del capitalismo
(sistema económico que se basa en el capital y en la intervención de los
precios y los mercados), gracias, entre otras cosas, a la Revolución Industrial,
y el ascenso de la burguesía (clase media-alta), por el triunfo del liberalismo.
Al comienzo de la edad
contemporánea fueron apareciendo los estados tal y como hoy los conocemos.
Además, el capitalismo dominó poco a poco toda la economía mundial. Otras
características importantes de la edad contemporánea fueron el crecimiento de
la población y el avance de la ciencia y de la tecnología.
GRANDES ACONTECIMIENTOS Y
FENÓMENOS DE LA EDAD CONTEMPORÁNEA
El final del siglo XVIII,
el Siglo de las Luces, conoció el triunfo de los ideales de la Ilustración.
Los dos grandes momentos de esa victoria fueron la guerra de la
Independencia de Estados Unidos (1775-1783) y la Revolución Francesa
(1789-1799). A partir de entonces, el liberalismo y el capitalismo
se extendieron por toda Europa.
Como consecuencia de la
expansión capitalista, los países europeos más ricos incrementaron sus
políticas coloniales (encaminadas a ocupar territorios ajenos al suyo). Había
que buscar nuevas tierras que fueran, a la vez, fuente de materias primas y
mercados para los productos industriales. El siguiente paso del colonialismo
fue el imperialismo: prácticamente toda África y toda Asia estaban
dominadas por las potencias europeas.
LA REVOLUCIÓN FRANCESA
A finales del siglo XVIII, Francia vivía en pleno Antiguo Régimen. El sistema
político era una monarquía absoluta, y el rey se llamaba Luis XVI (en esta
fotografía puedes ver cómo era). La sociedad estaba dividida en tres estamentos.
El clero y la aristocracia eran estamentos “privilegiados”: poseían casi toda la
tierra y no pagaban impuestos. El tercer estado, al que pertenecía casi toda la
población, vivía en una situación mucho peor y mantenía el país con sus
impuestos.
Ante la crisis económica que vivía Francia, varios ministros quisieron aplicar
algunas reformas; por ejemplo, que los estamentos privilegiados pagaran también
impuestos. Los aristócratas se rebelaron. Uno de esos ministros, Jacques Necker,
aconsejó al Rey que convocara los Estados Generales. Cuando estos se reunieron
en Versalles en 1789, los representantes del tercer estado se separaron de los
dos estamentos privilegiados, efectuaron el llamado “juramento del Juego de la
Pelota” (para redactar una Constitución) y establecieron la Asamblea Nacional
Constituyente.
Así empezó la Revolución Francesa, a la que pronto se unió el pueblo (también lo
hicieron algunos nobles y religiosos, y parte del Ejército). El 14 de julio de
1789, los habitantes de París tomaron la cárcel de La Bastilla para protestar
contra el Rey. Muchos aristócratas huyeron para luchar desde el exterior contra
la Revolución.
En 1792, ante la actitud del Rey y el inicio de la guerra contra Austria (y
luego contra Prusia), cobraron fuerza en el pueblo los ideales de la burguesía
más radical, partidaria del establecimiento de la República. En agosto de ese
año, se produjo un movimiento popular que culminó con el derrocamiento de Luis
XVI y la formación de la Convención Nacional, que sustituyó a la Asamblea
Legislativa. Poco después, el 21 de enero de 1793, Luis XVI, condenado a muerte
por la Convención Nacional, fue guillotinado.
Tras la caída del Directorio, Napoleón Bonaparte se convirtió en el principal
protagonista de los siguientes periodos de la historia francesa: el Consulado
(1799-1804) y el Imperio (1804-1815). Además, su figura resultó fundamental para
que, durante las llamadas Guerras Napoleónicas, los ideales revolucionarios
llegaran a distintos lugares de Europa. Así, durante el siglo XIX, las ideas
liberales triunfaron en muchos países en los que, como en Francia, desapareció
el Antiguo Régimen.
Mira este vídeo para saber más sobre las revoluciones de esta época:
Mira este vídeo para saber más sobre las revoluciones de esta época:
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Llamamos Revolución Industrial al
cambio fundamental que se produce en una sociedad cuando su economía deja de
basarse en la agricultura y pasa a depender de la industria. Ese proceso
se ha dado en distintas épocas dependiendo de cada país (en algunos, incluso,
todavía hoy no se ha producido).
La Revolución Industrial comenzó a
finales del siglo XVIII en Reino Unido. Se inició gracias a la aparición de una
serie de inventos que hicieron que se pudieran fabricar productos textiles de
manera más fácil y rápida (por lo que eran más baratos para el fabricante).
Entre ellos, hay que destacar los siguientes:
- La lanzadera volante (1733) de John Kay.
- La hiladora (1779) de Samuel Crompton.
- El telar mecánico (1785) de Edmund Cartwright.
Las fábricas textiles se habían
mecanizado gracias a esos inventos. Pero esos mecanismos funcionaban con energía
hidráulica (la que procede de caídas de agua); por eso, había que colocar las
fábricas cerca de corrientes de agua, como, por ejemplo, los ríos. Esto se
solucionó a partir de 1769, cuando un escocés, James Watt, realizó el
gran invento, el gran avance tecnológico del principio de la Revolución
Industrial: la máquina de vapor. En 1785, se instaló la primera máquina
de vapor para hacer funcionar una fábrica de algodón. Desde entonces, el vapor
sustituyó al agua como fuerza motriz.
La invención de la máquina de vapor
tuvo más consecuencias. No muchos años después, en 1804, un ingeniero inglés que
se llamaba Richard Trevithick fue capaz de hacer que una máquina de vapor
moviera una locomotora. Había nacido el ferrocarril.
Así, la máquina de vapor
revolucionó, a su vez, el mundo del transporte: el ferrocarril y los barcos de
vapor permitieron que los productos de las fábricas llegaran, de forma más
rápida y barata, a los mercados de lugares muy lejanos. Todo ello favoreció el
proceso de industrialización.
Localiza en el mapa los lugares en los que ocurrieron los siguientes hechos:
- Independencia americana
- Revolución francesa
- Revolución industrial
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